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Con un solo cambio, y de nuevo numerosas bajas empezó el partido, que ya se preveía desde el inicio que parecería más una partida de frontón, y así fue: mucho rechace, mucho patatum y todo eso. A pesar de todo no hubo un dominio absoluto del rival, al que el equipo supo mantener a raya en los primeros embites.
Inesperadamente un remate tonto de Pedro dentro del área se coló con suspense pegadito al palo, y como ellos no tenían un portero, qué digo un portero! un porterazo! como Primo, pues eso, gol y a plantar la barraca.
A los pocos minutos y después de varios achuches rivales y un despiste defensivo, de los pocos que hubo, llegó el gol del empate. El rival tumbó la barraca de fuerte patadón que hasta dobló las manoplas de Primo.
En cuestión de segundos, y tras poner PSV el balón en área contraria, un despeje tonto, pero tonto, tonto, de un defensa rival hace que el balón se cuele por el mismo sitio que antes, deshaciendo el empate y levantando de nuevo la barraca, más sólida que nunca.
A partir de ahí el equipo entonó una oda defensiva, sacando el balón jugado en ocasiones gracias al tándem Jose-Jaime. Mención especial para el trabajo en mediocampo de Dobón y Paco en ocasiones, y al mérito de venir a jugar griposo por parte de algunos jugadores. Todo ello, sumado a la suerte de los goles, por supuesto.
Después de mucho tiempo, el equipo encarrila dos victorias consecutivas, cosa que no se llegó a producir la temporada pasada.
Como diría Emery: "Hemos marcau, hemos aguantau y hemos ganau"
Ya vamos novenos!
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